UNA PELÍCULA DE EUGÈNE GREEN
UNA PELÍCULA DE EUGÈNE GREEN
Vincent es un adolescente criado amorosamente por su madre, Marie, que no ha accedido nunca a revelarle el nombre de su padre. Al descubrir que es hijo de Oscar Pormenor, un editor parisino cínico y egoísta, prepara su venganza, pero su encuentro con Joseph cambiará su vida.
EUGÈNE GREEN
Eugène Green es cineasta y escritor de nacionalidad y habla franceses. En 1977, funda la compañía de teatro LA SAPIENZA con la que intenta recuperar el juego y la dicción barroca.
FILMOGRAFÍA
MINIFILMS
Le Nom du feu (2001) / Festival de Locarno - Cinéastes du présent 2002 / Prima a la calidad, CNC, 2004
Les Signes (2005) / Festival de Cannes - Selección oficial, 2006 / Festival de Locarno - Cinéastes du présent, 2006
Correspondances (2007) / Encargo del Festival de Jeonju, Corea en el tríptico Memories – junto con las películas de Harun Farocki y Pedro Costa – Premio Especial del jurado / Festival de Locarno - Concurso internacional, 2007 / Seúl, Premio del jurado, Festival de Brive, 2009
PELÍCULAS
Toutes les nuits (1999) / Estreno en 2001 - Prix Louis-Delluc du Premier Film 2001
Le Monde vivant (2003) / Festival de Cannes - Quinzaine des Réalisateurs 2003 / Prix FIPRESCI Festival de Londres 2003 / Grand Prix Festival Indie lisboa, Lisboa, 2004
Le Pont des Arts (2004) / Festival de Locarno - Cinéastas del presente, 2004
A Religiosa portuguesa (La Religieuse portugaise) (2009) / Festival de Locarno, Concurso internacional, 2009 / Festival de Ourense (Galicia), 2010, Grand Prix
La Sapienza (2015) / Festival de Locarno, Concurso internacional 2014
Faire la parole (Hitza egin) Documental - Festival de Turín, Sección Onda, 2015 / Festival Cinéma du réel Paris 2016 (Estreno previsto en 2016)
Le Fils de Joseph (2016) Festival de Berlin - Forum
BIBLIOGRAFÍA
ENSAYOS
La Parole baroque, essai (Desclée de Brouwer, 2001)
Présences, essai sur la Nature du cinéma (Desclée de Brouwer/Cahiers du cinéma, 2003)
Poétique du cinématographe, notes (Actes Sud, 2009)
L’ami du chevalier de Pas, portrait subjectif de Fernando Pessoa (Diabase, 2015)
NOVELAS Y CUENTOS
La Rue des Canettes, cinq contes (Desclée de Brouwer, 2003)
La Reconstruction, roman (Actes Sud, 2008. Premio Édmée de La Rochefoucauld, 2009, trad. alemana, Sujet Verlag, 2012, trad. letona, Mansards, 2012)
La Bataille de Roncevaux, roman (Gallimard, 2009 • Premio Ève Delacroix de l’Académie française, 2010)
La Communauté universelle, roman (Gallimard, 2011, trad. letona, Mansards, 2015)
Les Atticistes, roman (Gallimard, 2012)
Un conte du Graal, roman (Diabase, 2014)
L’inconstance des démons, roman (Robert Laffont, 2015)
POESÍA
Le Présent de la parole, precedido por Les Lieux communs (Melville/Léo
Scheer, 2004)
Le lac de cendres (Arfuyen, 2014)
GUIÓN
La Religieuse portugaise (Diabase, 2010)
Para su última película, El Hijo de José, se ha basado en el mito del sacrificio de Abraham...
El núcleo de la historia de cada una de mis películas o mis novelas suele surgir como un relámpago, pero luego lo desarrollo de una manera "mítica". Para los griegos de la época clásica, un mito era una historia cuyo mero desarrollo narrativo comporta la posibilidad de expresar una o varias verdades. Conozco a personas en la misma situación de Marie y Vincent, es decir, una mujer que educa sola a su hijo porque el padre, por alguna razón, no ha querido reconocerlo. Pienso que las mujeres que han tomado la decisión de educar a sus hijos en solitario son mujeres valientes, llenas de vida, una vida que desean prolongar en otro ser humano. Marie sabe que la vida que lleva es tan difícil para ella como para su hijo ya que puede provocar en él un sentimiento de odio hacia ella. De ahí la ira del personaje de Victor Eznfis. Al principio no comprende el amor de su madre hacia él, ni su coraje. Ve en ella una madre que le ha privado del padre, que le esconde su existencia. Marcha en su búsqueda pero la revelación que obtiene no la encuentra donde esperaba.
Como suele ser habitual en sus películas, ha construido El Hijo de José en varias partes. Aquí todas ellas se refieren a pasajes bíblicos.
Sí, la película se divide en cinco partes, que se refieren todas a pasajes de la Biblia: "El sacrificio de Abraham", que muestra la ira de Vincent contra su madre y su falta de comprensión hacia la ausencia del padre; "El Becerro de Oro", sobre el entorno editorial, con sus juegos de poder y su tendencia a la idolatría; "El sacrificio de Isaac", donde vemos a Vincent intentando sacrificar a su padre, en un reverso del mito; a continuación, en "El carpintero” se establece entre Jesús y José una relación filial no basada en lazos de sangre; Por último, "La huida a Egipto", donde Joseph, Marie y Vincent dejan París para irse a Normandía. Esta relación con la Biblia es importante para mí, como todo lo que forma parte de mi cultura y de mi experiencia vital.
En la parte del becerro de oro, vuelve a utilizar una forma de expresión que le gusta, la sátira, para hablar del mundo literario. En Le Pont des Arts lo hace sobre el mundo del teatro y de la música barroca y en La Sapienza de la arquitectura. ¿Qué relación tiene usted con este recurso?
La sátira me resulta natural cuando se trata de hablar de entornos que conozco y de los cuales quiero destacar rasgos un poco grotescos. No es que haya tenido problemas con las editoriales en las que he publicado pero siempre hay alguna dimensión un poco ridícula en los círculos cerrados. Comparto una parte de la ira de Vincent, pero para mí, la sátira es una forma de liberarla de manera amable dejando espacio para el amor.
El personaje de Mathieu Amalric, Pormenor, un mandamás en el medio de la edición con un oscuro poder plenipotenciario, puede parecer a primera vista condenable porque es moralmente reprobable. Pero se nota que su personaje ha perdido algo, lo que le confiere un aspecto humano que no existía, por ejemplo, en el personaje del Innombrable en Le Pont des Arts.
Hay esta idea pascaliana en la cual es posible recibir un don y rechazarlo. El personaje de Pormenor puede haber rechazado ese don recibido en su infancia o haberse alejado de él al iniciar su ascensión en el mundo literario. Al final de la película, Pormenor se da cuenta que quizás ha dejado escapar o ha perdido algo en su vida. Es lo que he intentado dar a entender discretamente, con el juego sutil de Mathieu Amalric en la última secuencia, sin por ello redimir al personaje in extremis. Me parecía importante, sin embargo, poder plantear esta dimensión humana en un personaje que precisamente parecía desprovisto de humanidad.
Como en su película La Sapienza, la transmisión entre Joseph y Vincent se da en ambas direcciones, cada uno aporta algo al otro, permitiendo así descubrirse a sí mismos pero también al mundo que les rodea. La ciudad de París parece mostrarse en su verdad a Vincent y deja de parecerle hostil.
Es verdad. Vincent tiene una revelación donde no se la espera. No es en su padre biológico donde va a recuperar esa figura ausente en su vida pero sí en su tío, cuya existencia desconocía, y de quién ignora hasta el final el parentesco que les une. Esta transmisión pasa ante todo por la palabra, pero también por el arte, como intermediario que les permite prolongar su relación. No concibo el arte de otra manera. Debe ser vital, debe conectar con la vida de una manera u otra. La visita al Louvre permite un acercamiento entre Joseph y Vincent . Lo que Vincent siente, cuando camina en el Palais Royal y se levanta el viento, es del mismo orden que la revelación que tiene ante los cuadros que ve con Joseph. Paris se descubre ante él, como un personaje, de la misma manera que Joseph y Marie se le descubren a él y también entre sí.
También está la escena en la iglesia donde el Poème Harmonique interpreta una pieza de Domenico Mazzocchi…
Sí, es lo mismo. En ese momento , Vincent tiene una revelación estética. No entiende los versos cantados en latín que hablan de la muerte de un hijo y el dolor de la madre, pero recibe directamente la emoción a través de la música y la energía de los artistas. Algo se abre en él y comprende, por fin, el amor que le tiene su madre y su valor para enfrentarse a la vida. Justo después, decide presentar Joseph a su madre, y nacerá una nueva relación entre ellos. Fruto de esta experiencia estética, se forman dos parejas: Marie y Joseph, Joseph y Vincent. Mantener la integralidad y la duración de la pieza musical era importante tanto para Vincent como para el espectador, porque solo así cobra sentido.
Podríamos pensar que ese giro a través del conocimiento les aleja precisamente de esta relación inmediata con el mundo pero, sin embargo, parece que les permite aferrarse a las cosas y a su entorno.
Sí, es la diferencia que Alexander, el arquitecto de La Sapienza, distingue al final de la película entre el saber y la sabiduría. Es el conocimiento lo que conduce a la sabiduría. Saber que se obtiene a través del conocimiento pero también con la experiencia de vida. Es importante, en mi opinión, que una persona aprehenda el mundo a través del arte de una manera directa, sin intervención del intelecto y que la experiencia estética le haga ver otra realidad, le revele otra verdad que la que creía conocer.
Esta transmisión entre Joseph y Vincent parece posible porque se establece entre un adulto y un adolescente, como las parejas que formaron los personajes de La Sapienza.
En el fondo, me considero todavía como un adolescente y de hecho tengo muchos amigos cercanos que son mucho más jóvenes que yo. La relación que tengo con ellos me permite mantener viva la proporción de juventud que hay en mí. Me aportan tanto como yo les aporto a ellos. La transmisión se produce en ambas direcciones. Es cierto que en mis anteriores películas los personajes tenían más o menos la misma edad y evolucionaban juntos. En La Sapienza y el Hijo de José, la relación entre adultos y adolescentes es tal vez más cercana a la que mantengo hoy en mi vida.
¿Cómo ha elegido usted a los actores adultos de la película?
Conocía muy bien a los actores de los tres papeles principales por haber trabajado ya con ellos: Natacha Régnier en Le Pont des Arts, Fabrizio Rongione en La Sapienza, y Mathieu Amalric en el mediometraje Les signes. Había visto trabajar a María de Medeiros, en el cine y en el teatro, en francés y en portugués, y fue un placer trabajar con ella por primera vez. También había compartido experiencias con la mayoría de los otros actores cuando hacía teatro. El trabajo con los actores, como con el equipo técnico de este rodaje, ha sido un verdadero placer.
¿Cómo fue el encuentro con Victor Ezenfis que vemos por primera vez en el cine?
Victor es un joven de rápida y fina inteligencia. Me di cuenta enseguida que podía encarnar a Vincent. Tiene vida interior que conviene al personaje. Nunca les pido a los actores que interpreten escenas en las audiciones. Sólo les pido que se presenten porque lo que más me importa es descubrir esta vida interior y ver de qué manera emerge. He trabajado con Victor como con cualquiera de mis actores, estableciendo una relación de confianza que nos ha permitido trabajar en perfecta armonía y me ha parecido convincente en todas las situaciones.
¿Es la primera vez que dirige una escena de amor?
Sí, si se refiere a la representación de un acoplamiento físico. Aun a riesgo de escandalizar a algunas personas, creo que la censura permitió un erotismo que ahora se ha perdido. Desde mediados de los años 70, lo vemos todo, así que ante escenas de sexo, a menudo me siento como si asistiera a una clase de zoología. Ya nada es sugerido, todo aparece frontalmente sin imaginación. Así que preferí filmar los muelles del sofá en el que Pormenor y su secretaria hacen el amor, me parecía una buena manera de sugerir el acto erótico, un tanto cómica y a la vez un poco triste, porque la percibimos desde el punto de vista de Victor. Estaría bien recuperar algo de la emoción asociada al pudor y al deseo, que no es otra cosa que la ausencia de culminación. Lo saben todos los grandes poetas de amor desde Sapho. Un plano sobre dos manos que se tocan pueden evocar mucho más acerca del deseo amoroso que un abrazo filmado explícitamente sin maquillaje.
■ Entrevista por Hugues PERROT
FICHA ARTÍSTICA
Vincent: Victor Ezenfis
Marie: Natacha Régnier
Joseph: Fabrizio Rongione
Oscar Pormenor: Mathieu Amalric
Violette Tréfouille: Maria de Medeiros
Bernadette: Julia de Gasquet
Paysan: Jacques Bonnaffé
Philomène: Christelle Prot
Philibert: Adrien Michaux
Comédienne: Louise Moaty
Chanteuse: Claire Lefilliâtre
Théorbiste: Vincent Dumestrre
País de producción: Francia / Bélgica
Año: 2016
Duración: 1h 55min
Color: color
Formato: 1.85-2K
Sonido: 5.1
Visa n° 142.588
FICHA TÉCNICA
Guion y dirección: Eugène Green
Director de fotografía: Raphaël O’Byrne
Sonido: Benoît de Clerck
Director de arte: Paul Roushop
Vestuario: Agnès Noden
1er asistente de dirección: Victoire Gounod
Script: Catherine Grossen
Regidora: Sarah Morel
Música: Adam Michna Z Otradovic, Emilio de Cavalieri, Domenico Mazzocchi
Montaje: Valérie Loiseleux
Mezclas: Stéphane Thiébaux
Producida por: Francine y Didier Jacob
Co-producida por: Luc y Jean-Pierre Dardenne
Productora ejecutiva Bélgica: Delphine Tomson
Director de producción: Silvain Marquet
Con la participación de: Centre National du Cinéma et de l’Image Animée
Con el apoyo de: La Région Ile-de-France
En cooperación con: CNC, Tax Shelter du Gouvernement fédéral belge, Casa Kafka Pictures-Belfius
En asociación con: Arte/Cofinova 12
Con el apoyo de: Olivier Boré de Loisy
Una coproducción: Coffee and Films, Les Films du Fleuve, Film Factory, TSF, En haut des marches
LOS ARTISTAS
NATACHA RÉGNIER
Ha trabajado en más de cincuenta películas desde su debut en 1995. Destacando L’Écume des jours de Michel Gondry (2013), 38 Témoins de Lucas Belvaux (2012), La Proie de Eric Valette (2011), Boxes de Jane Birkin (2006), Les Amitiés maléfiques de Emmanuel Bourdieu (2006), Le Pont des arts de Eugène Green (2004), Demain on déménage de Chantal Akerman (2004), Les Amants criminels de François Ozon (1998), La Vie rêvée des anges de Erick Zonca (1998).
FABRIZIO RONGIONE
Ha trabajado en unas cuarenta películas desde su debut en 1999. Destacando La Sapienza de Eugène Green (2013), Deux jours, une nuit de Jean-Pierre y Luc Dardenne (2013), Violette de Martin Provost (2013), La Religieuse de Guillaume Nicloux (2013), Le Gamin au vélo de Jean-Pierre y Luc Dardenne (2011), La Prima linea de Renato de Maria (2009), Le Dernier gang de Ariel Zeitoun (2006), L'Enfant de Jean-Pierreyt Luc Dardenne (2005), Rosetta de Jean-Pierre y Luc Dardenne (1999).
MATHIEU AMALRIC
Ha trabajado en un centenar de películas entre los cuales Trois souvenirs de ma jeunesse de Arnaud Desplechin (2015), The grand Budapest hotel de Wes Anderson (2014), La Vénus à la fourrure de Roman Polanski (2013), Camille redouble de Noémie Lvovsky (2012), Les Herbes folles de Alain Resnais (2009), Quand j’étais chanteur de Xavier Giannoli (2006), Rois et Reine de Arnaud Desplechin (2004), La Fausse suivante de Benoît Jacquot (2000), Comment je me suis disputé... de Arnaud Desplechin (1996), La Sentinelle de Arnaud Desplechin (1992). También ha dirigido películas entre las cuales La chambre bleue (2014), Tournée (2011), Le Stade de Wimbledon (2002).
VICTOR EZENFIS
Obtiene su primer papel cinematográfico en Le Fils de Joseph.
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Distribución:
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